“De los hornos de Cory salen más que alimentos. Sale alegría, sale diversión”.


La frase del Sr. Nelson, fundador de Cory, no podría ser más feliz. Al final, nuestros productos significan mucho más de que los ítems de consumo. ¿Cuántos romances no tuvieron inicio con los mensajes en los embalajes de Icekiss? ¿Cuántas amistades no fueron fortalecidas con Hipopó, el amigo de los niños? ¿Cuántas tardes de risas entre amigos no estuvieron acompañadas por el caramelo Chita? Cada momento de alegría en que Cory intervino, es lo que nos ha movido hasta ahora y lo que continuará moviéndonos en el futuro.

Volvamos para marzo de 1968, a la ciudad de Lins, donde el Sr. Nelson, dejó para atrás el confort y la estabilidad en una gran empresa para seguir su sueño: tener el propio negocio.

Todo comenzó con la Panificadora Bengala, que luego hizo que los moradores de la simpática ciudad en el interior de São Paulo se deleitaran con los productos manufacturados con todo cariño, amor y cuidado.

El negocio prosperó. Y ya en 1969, surgió la Indústria de Produtos Alimentícios Cory, motivo de orgullo y alegría de tanta gente que formó y forma parte de esa familia.

Desde 1969, hubo muchos cambios. La tecnología que utilizamos para producir nuestras delicias, el número de marcas que forman parte de nuestra familia, nuestras innovaciones en el mercado y muchas cosas más. Lo que no cambia es nuestra esencia, de hacer todo pensando en las personas. Siempre con amor, integridad y unión.